MARIO GONZALEZ/ THE RIDER GRAPHICS
PolĂticas de drogas enfocadas en erradicaciĂłn y castigo deben de ser reemplazadas con unas centradas en desarrollo e integraciĂłn polĂtica, econĂłmica y social, de acuerdo a un reporte por la Escuela de EconomĂa y Ciencias PolĂticas de Londres.
âDespuĂ©s de las Guerras Contra las Drogasâ, publicado el 15 de febrero, es una colaboraciĂłn de mĂĄs de 20 expertos en un gran rango de temas, incluyendo polĂtica de drogas, seguridad, trĂĄfico y sistemas judiciales, quienes son parte del Grupo Experto en la EconomĂa de PolĂticas de Droga de la escuela.
Un grupo de firmantes, incluyendo a varios acadĂ©micos, cinco galardonados con Premios Nobel y el presidente de Colombia JosĂ© Manuel Santos, afirma que âla âguerra contra las drogasâ provocĂł que la comunidad internacional priorice polĂticas prohibicionistas ante el desarrollo sustentable a un terrible costo socioeconĂłmicoâ.
De igual manera, ellos afirman que âel sistema regulatorio de drogas global debe cambiar a principios de desarrollo sustentable que incluye: salud pĂșblica, reducciĂłn de daño de consumo y suministro, acceso a medicinas esenciales y experimentaciĂłn cientĂfica con regulaciĂłn legal estrictaâ.
John Collins, director ejecutivo del Programa Internacional de PolĂtica de Drogas de LSE IDEAS, escribe en el reporte que la âguerra contra las drogasâ y las polĂticas que esta sostiene han sido en gran parte desacreditadas.
Ăl menciona que lĂderes alrededor del mundo, incluyendo a dos jefes de estados actualmente en funcionesâel Presidente Santos y el Primer Ministro Canadiense Justin Trudeauâhan rechazado el enfoque anterior y en su lugar favorecen unos nuevos basados en salud pĂșblica y polĂticas alternativas.
âEn esta nueva era, la era post-âguerra contra las drogasââ, escribe Collins, âesferas nacionales y locales sostienen cada vez mĂĄs relevancia que aquellas internacionales en determinar las selecciones de polĂticas y resultadosâ.
En su lugar, el reporte sugiere, las actuales polĂticas prohibicionistas de drogas deben de ser reemplazadas por unas que se alineen con las Metas de Desarrollo Sustentable de las Naciones Unidas, abordan el problema de drogas como un problema de salud pĂșblica en lugar de una criminal, enfoquen en reducir el daño causado en lugar de ignorarlo y participen en polĂticas de experimentaciĂłn social cientĂfica altamente regulada.
Las 17 metas de Desarrollo Sustentable de la ONU, a pesar de no estar directamente destinadas a hacerle frente al problema de las drogas, priorizan el desarrollo sustentable y la integraciĂłn polĂtica.
âDesde los 80s… la gente ha regularmente expuesto la necesidad de acabar la guerra contra las drogas como existe, y aun asĂ continĂșaâ, dijo Kenneth Cowle, un profesor de justicia criminal de UTRGV. âEsto claramente no es algo nuevo… una iniciativa [internacional] puede serlo, pero la idea de que necesitamos de alguna manera cambiar nuestro abordaje a las drogas ha existido casi toda mi vidaâ.
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Los Estados Unidos y MĂ©xico han sido dos de los paĂses mĂĄs prominentes en llevar a cabo la âguerra contra las drogasâ a un gran costo econĂłmico, social y de seguridad.
De acuerdo a la ProcuradurĂa General de la RepĂșblica de MĂ©xico, mĂĄs de 164,000 personas fueron asesinadas entre 2007 y 2014; otras estimaciones lo sitĂșan en un nĂșmero mucho mĂĄs alto. Adicionalmente, mĂĄs de 140,860 individuos fueron arrestados por uso de drogas, lo cual no es formalmente un crimen en MĂ©xico, entre 2009 y 2014.
âEl costo es inmensoâ, dijo Catalina PĂ©rez Correa, una profesora e investigadora en la DivisiĂłn de Estudios Legales del Centro de InvestigaciĂłn y Docencia EconĂłmicas en MĂ©xico y contribuidora al reporte.
âHay miles de personas que son detenidasâ, dijo PĂ©rez. âTodas las instituciones penales y recursos de las instituciones penales [se estĂĄn utilizando para atender] un problema que es bĂĄsicamente un problema de salud y desviando los recursos que podrĂan ser utilizados para funciones mĂĄs relevantesâ.
La credibilidad de aquellos encargados de hacer cumplir las leyes de drogas también es una preocupación.
âLo que es importante ver es [que] las instituciones que implementan estas reglas, en el caso mexicano… no es la policĂa mexicana, es la policĂa de Iguala, [Guerrero] que desapareciĂł a los 43 estudiantes [de la escuela Normal Rural de Ayotzinapa], es la policĂa de Veracruz que desapareciĂł a los 5 jĂłvenes, es la policĂa de la Ciudad de MĂ©xico que es conocida por abusos y extorsiones y violaciones al debido procesoâ.
Adicionalmente PĂ©rez dijo que debido a la ineficiencia de las instituciones penales en paĂses latinoamericanos, incluyendo a MĂ©xico, los consumidores estĂĄn desproporcionadamente en la mira.
âLa respuesta fĂĄcil es para ellos detener a consumidores que es muy fĂĄcil ubicarlosâ, ella dijo. âEs muy fĂĄcil comprobarles que tuvieron, las pruebas necesarias para procesarlos, pero es muy poco productivo en tĂ©rminos sociales, es
muy poco provechosoâ.
La âguerra contra las drogasâ ha llegado a un gran costo para los Estados Unidos tambiĂ©n.
La Oficina de PolĂtica Nacional de Control de Drogas estima que el paĂs gasta alrededor de $50 mil millones anualmente en control de drogas. Esta cantidad, parte de presupuestos estatales y federales, es la mitad de los $100 mil millones gastados anualmente alrededor del mundo estimados por Count the Costs, una colaboraciĂłn entre varias organizaciones no gubernamentales que estima el costo de la âguerra contra las drogasâ.
âHay muy buena evidencia que en E.U.U.A. … que toda la âguerra contra las drogasâ ha incrementado … problemas de
salud pĂșblica, y no ha resuelto una sola cosaâ, dijo Amy Hay, una profesora de historia en UTRGV.
Hay dijo que la estrategia, de hecho, causa tremendos problemas. Los usuarios de drogas son tratados como criminales primero y como personas con adicciones médicas después.
âLa actual âguerra contra las drogasâ no busca el tratamiento, busca el castigoâ, ella dijo.
Adicionalmente, Michael Shiner, director asistente del Centro de CriminologĂa Mannheim en la Escuela de EconomĂa de Londres y contribuidor a âDespuĂ©s de las Guerras contra las Drogasâ, escribe que a pesar de que se cree que la aplicaciĂłn pesada de leyes puede incrementar los precios de las drogas, funcionando como un tipo de impuesto, no hay casos claros en los que arrestos a gran escala interrumpieron mercados o que incautaciones a gran escala incrementaron los precios del
mercado.
âActualmente el Ă©xito de la polĂtica se mide con quĂ© tantas incautaciones, quĂ© tantas detenciones, quĂ© tantas erradicaciones de los cultivos hayâ, dijo PĂ©rez. âLa necesidad es medir de otra forma el Ă©xito o fracaso de la polĂtica de
drogasâ.
AĂșn cuando las esperanzas son altas y el progreso estĂĄ en marcha, un cambio puede no estar tan cerca como la mayorĂa
querrĂa.
âDesde el final de la administraciĂłn de [Richard] Nixon y entrando a la administraciĂłn de [Jimmy] Carter, todos han esencialmente estado diciendo que la âguerra contra las drogasâ es un fracaso, pero esto es entre gobiernosâ, dijo Cowle. âSe toma para siempre para darle la vueltaâ.
AĂșn cuando Cowle prevĂ© un cambio incremental, no ve necesariamente uno completo.
âNo puedo imaginar que cambiarĂan eso radicalmente, simplemente no es la manera en la que las polĂticas pĂșblicas suelen funcionarâ, Ă©l dijo.

